Explorando Asia Central

YURTAS EN VALLES PERDIDOS (De 4 a 6 Días)

Aterrizamos en Bishkek, la desconocida capital de Kirguistán. No tiene mucho atractivo, así que en seguida ponemos rumbo hacia las profundidades montañosas de esta antigua república soviética, que es lo que hemos venido a descubrir.

Nuestra primera parada será en Kochkor, apacible ciudad del centro del país y una base perfecta para explorar el mágico lago Song-Köl, al que llegaremos tras una excursión a caballo de dos días. Una vez allí, dormiremos en una yurta (la construcción de los nómadas de Asia Central) y disfrutaremos de los paisajes de este bello lago de alta montaña, emplazado a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar.

Nuestro siguiente destino es la ciudad de Karakol, en la cabecera del lago Issyk-Köl. Típica ciudad soviética, de amplias avenidas y con un animado mercado de animales los domingos. Supone una base perfecta para explorar las montañas y valles de los alrededores. Por ejemplo, el idílico valle de Altyn Arashan, al que se accede tras hora y media de una tortuosa pista (sorprendente que un coche consiga subir por ahí). Al llegar nos encontramos con un idílico valle rodeado de montañas de 4000 metros donde puedes aprovechar para dar paseos, disfrutar de la naturaleza virgen y bañarte en alguna de las numerosas fuentes termales que nacen en este rincón de la cordillera Tian.

Desde Karakol emprenderemos el regreso a Bishkek para poner rumbo a la segunda etapa del viaje, la vecina Uzbekistán.

EN LA RUTA DE LA SEDA (De 6 a 8 Días)

Tras un breve vuelo aterrizamos en Taskent, capital de Uzbekistán. Allí nos detenemos un día. Esta ciudad limpia, de amplias avenidas arboladas y numerosos parques nos agradará mucho más de lo que nos podemos imaginar.

Sin embargo, no podemos detenernos mucho tiempo ya que queremos conocer el Salón de la Fama de Asia Central, así que ponemos rumbo a Samarcanda. El lugar que suponía un gran oasis para las caravanas que, tras atravesar China y vadear las terribles montañas, se paraban a recuperaban fuerzas antes de emprender la travesía del desierto.

El Registán es el corazón de Samarcanda. Aquí está la foto que hemos visto cientos de veces y que no consigue describir la majestuosidad y belleza que supone presenciarlo. Compuesto de 3 enormes madrazas de grandes portones decorados con teselas, es el icono más famoso de la Ruta de la Seda y de toda Asia Central.

Samarcanda tiene mucho más que ofrecernos, como la mezquita de Bibi-Khanym o el espectacular conjunto de mausoleos de Shah-I-Zinda, muy cerca del simpático bazar de Siob, donde podremos degustar los sabrosos dulces uzbekos, así como el famoso pan de la ciudad. Sin embargo, tampoco podemos detenernos aquí, nuestro viaje prosigue rumbo a Bukhara (Bujará en castellano), la ciudad más sagrada de Asia Central.

TRAS LAS CARAVANAS DE ORIENTE (De 9 a 11 Días)

Nuestro último destino es Khiva, la que antaño fue el centro de las caravanas de esclavos. Para llegar hasta allí, ya no es necesario realizar un viaje de varias jornadas a camello evitando las violentas tribus del desierto de Kyzylkum. Sin embargo, sí que necesitaremos una larga jornada en coche para alcanzar esta pequeña joya de la Ruta de la Seda.

A Khiva la denominan la ciudad-museo. Las callejuelas comprendidas dentro la ciudad amurallada, lo que denominan Ichon-Qala, aún huelen a historia. La fortaleza real, el denominado Kuhna Ark del siglo XII, nos recibe nada más cruzar las imponentes murallas. El resto son "solo" palacios de suntuosos interiores, madrazas de imponentes portalones y agradables patios y sorprendentes mezquitas con empinadas escaleras de caracol para acceder a lo alto de sus minaretes y observar la belleza de Khiva a vista de pájaro.

Regresamos a Tashkent en tren para desde allí emprender el vuelo de regreso a casa.