Existe una región perdida en Noruega que no tiene comparación en el mundo. Un lugar donde las montañas se abrazan al mar. Un laberinto de islas donde las comunidades locales se integran con los viajeros. Son las islas Lofoten. Una vez en la vida merece plantearse un viaje a las islas Lofoten.
Es insultante la belleza que arrojan esos acantilados, montañas, pueblos pesqueros, fiordos y sinuosas carreteras que salpican uno de los archipiélagos más espectaculares del mundo. Y es que además Lofoten es un enclave perfecto para avistar ballenas durante todo el año y para contemplar el espectáculo de las auroras boreales.
Aterrizamos en Narvik, ya en el círculo polar ártico. Esta pequeña ciudad será punto de partida y final de nuestro viaje por las islas Lofoten.
Enclavada entre los fiordos y las montañas, podremos subir con el teleférico a lo alto de la montaña Narvikfjellet para admirar el paisaje que tenemos por delante... o el sol de medianoche, ¡que a eso hemos venido!
Al día siguiente cogemos un coche de alquiler y ponemos rumbo al archipiélago de Vestertalen. En apenas 100 kilómetros ya nos adentramos en un entorno natural único recorriendo remotos parajes entre montañas, desiertas playas y pequeñas aldeas árticas que no querremos que acabe nunca.
En el archipiélago de Vesteralen existen numerosas actividades a realizar por sus 1330 islas, pero nos centraremos en un safari para ver ballenas en Andenes, (es el único lugar del mundo donde se pueden ver todo el año estos cetáceos, desde orcas a ballenas jorobadas) conocer algo de la cultura Sami y también si queremos podremos conocer una granja de pescado, la base de la economía local.
El resto del tiempo lo emplearemos en recorrer la escarpada costa disfrutando de las aldeas de pescadores con sus casas pintadas de vivos colores, realizar alguna caminata para zambullirnos en el soberbio entorno natural en el que estamos rodeados sin miedo a que se nos haga de noche, y desde donde podremos ver el extraño fenómeno del sol de medianoche. Que como escribía en el siglo XIX el escrito noruego Knut Hamsun, "La noche se acercaba de nuevo, el sol apenas se había sumergido en el mar y resucitó de nuevo, rojo, refrescado, como si hubiera ido a beber."
Regresamos a la carretera principal que iremos recorriendo durante varios díasde este a oeste hasta llegar al extremo del archipiélago, en Moskenes, para regresar de oeste a este por las carreteras secundarias y descubrir todos los rincones de esta famosa región. Esta carretera es una de las más espectaculares del mundo que une las principales islas del archipiélago de las Lofoten.
Haremos numerosas paradas para ver los pintorescos pueblos que salpican esta dura orografía, pero que han sabido adaptarse a su entorno, como el de Nufjord con casas del siglo XIX y solitarias playas como la de Uttakleiv, clasificada como la playa más romántica de Noruega con corazones hechos con piedras.
Y es que los fiordos, las escarpadas montañas y las salvajes playas serán nuestros continuos compañeros de viaje durante estos días.
Regresamos de nuevo a Narvik desde emprenderemos el viaje de regreso a casa.
